
Necesitaba cambiar Caruso Lombardi y lo hizo. Entre otras modificaciones, apeló al ingreso de Luis Ardente por Daniel Islas en el arco, al debut del uruguayo Pablo Cáceres en la defensa y a la presentación de Román Martínez en la mitad de la cancha, en su esperado retorno al club. Y fue esencial Román. No sólo con su fútbol y su toque de talento, sino también con su entrega. Es cierto, aun le falta ritmo y le costó entrar en el partido, pero con el correr de los minutos se fue acomodando y junto a Diego Castaño se adueñaron del juego. Y en ellos dos estuvo la clave del éxito.
Tigre salió a buscar el triunfo desde el comienzo y con centros cruzados complicó a la defensa de tres propuesta por su adversario. Arrimó peligro en los primeros minutos con cabezazos de Stracqualursi, Altobelli y Martínez, hasta que a los 9 llegó la apertura del marcador. Tras un envió aéreo desde la derecha, Echeverría apareció por atrás de todos y puso el 1-0, con el que se fueron al descanso.
En la segunda mitad Quilmes se adelantó en el campo de juego, pero no logró inquietar a la firme defensa local y a un seguro Ardente. Y dejó espacios el Cervecero, que fueron aprovechados por el cuadro de Victoria. Fue así que a los 34 el ingresado Morales, tras una gran jugada individual, anotó el 2-0 y un minuto más tarde Stracqualursi puso cifras definitivas.
Tigre ganó y salió del fondo de la tabla. Deberá en los próximos compromisos ratificar la remontada.