Ese ordinario zurdazo de Chiqui Pérez, para sacar a cualquier parte la última pelota del partido, es poesía, para el nutrido racimo de hinchas del Matador, que le pone color a la tarde mendocina. Es estética pura, ese ampuloso gesto de Lunati, para pitar el final del encuentro. Cantan y saltan eufóricos sobre el cemento del Malvinas Argentinas. Y revolean sus trapos al viento. En la tribuna visitante está el espectáculo. En el campo de juego, Tigre ganó 2 a 1.
Con la cabeza, se impuso el conjunto de Caruso Lombardi. Con la de Pérez, para marcar el gol del triunfo y con la del entrenador, para plantear el juego como más le convenía a su equipo. Y si bien es cierto que en esta ocasión la suerte jugó para los de Victoria, supo el técnico acomodar las piezas, para revertir un encuentro que se insinuaba complicado.
Godoy Cruz fue muy superior en el primer tiempo. Manejó el juego en la mitad de la cancha y llevó permanente peligro al arco de Ardente. Tigre sintió la ausencia de Diego Castaño (no viajó por un problema personal) y la presencia de David Ramírez. Es que el delantero local se mostraba indomable. A los 12 minutos avisó con un tiro en el travesaño y cinco más tarde abrió el marcador, con un esquinado remate de media distancia. La primera aproximación del Matador llegó recién sobre el final de la etapa inicial, con un cabezazo de Román Martínez que dio en el poste horizontal.
En los segundos 45 minutos Tigre fue más inteligente. Influyó, es cierto, la temprana igualdad, que aportó tranquilidad a los de Caruso. Poco más de un minuto se jugaba, cuando tras un centro frontal de Galmarini, Martínez le bajó la pelota a Stracqualursi y el atacante ex Gimnasia anotó el 1-1. Desde ese momento, el equipo vencedor supo cerrar todos los caminos y poner incómodo a un adversario, que no pudo desplegar su mejor juego. Y llegó la definición a los 30, con el cabezazo de Pérez, quien tras un tiro de esquina ejecutado por Ribair Rodríguez, marcó el tanto definitivo.
Con ímpetu, pero sin ideas claras, buscó Godoy Cruz la paridad e hizo trabajar a Ardente en los últimos minutos. Y el fantasma de los agónicos goles de River y Banfield perturbaba la mentes de más de uno de los de Victoria. Hasta que llegó el desahogo, con el final del encuentro.
Muy lejos de lucir estuvo Tigre en la tarde de Mendoza, pero ganó y sigue ratificando su levantada. Suma 10 puntos en el torneo y toma un poco mas de aire en la tabla de los promedios.
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